sábado, 20 de febrero de 2010

Primer accidente en Lima (1904)

El 17 de febrero de 1904 el tranvía eléctrico se inauguró en la ruta Lima-Chorrillos. El vehículo alcanzaba una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora. A sólo tres días de inaugurado el servicio, el carro sufrió un desperfecto al soltarse el trolley que lo conectaba a la electricidad. El diario El Comercio del domingo 21 de febrero de 1904, narra como uno de los carros que cubría la ruta de noche se detuvo en la "Quebrada de Almendaris" (Armendáriz), camino a Barranco.

EL ACCIDENTE DE ANOCHE
EN EL TRANVIA ELECTRICO

CHOQUE ENTRE DOS CARROS

Algunos lesionados


Poco más o menos á las 10½ de la noche de ayer tuvo lugar el primer accidente del tranvía eléctrico de Lima á Chorrillos.

Felizmente, por esta vez, no hay que lamentar desgracias de consideración; pero de todas maneras, lo que ha ocurrido anoche debe ser para la novísima empresa enseñanza provechosa para lo porvenir, pues á haberse tomado, desde el día de la inauguración las medidas precautorias que esta clase de líneas exigen, el accidente no hubiera ocurrido. Se nos había dicho, en efecto, que á pequeños trechos en la vía existían teléfonos destinados á comunicar á todas las estaciones, cualquiera interrupción que tuviera lugar en él tráfico; y si la existencia de esos teléfonos fuera una realidad, el choque de anoche se hubiera evitado, noticiando á la oficina central de Miraflores lo acaecido al carro origen del accidente.

He aquí, según la relación de los pasajeros de ambos vehículos, lo que sucedió.

Veinte minutos antes de la hora ya indicada, partió de la estación de Lima el carro Nº 2 del eléctrico, ocupados todos sus asientos, y llevando, además, algunos pasajeros en sus plataformas.

Hizo el viaje hasta Miraflores sin novedad alguna, y se dirigía al Barranco, cuando poco antes de llegar al lugar conocido con el nombre de Quebrada de Almendaris, en el poste No. 289, escapóse el trolley por el cual toma el carro la electricidad del alambre conductor, deteniéndose, por consiguiente, y quedando a oscuras por completo.

Esto produjo, como es natural, cierto recelo entre los pasajeros, entre los que se encontraban no pocas señoritas, resolviendo, algunos, descender del carro para investigar lo que pasaba.

Ocupábanse el motorista y el conductor en adaptar el trolley, cuando los señores Tomas 2o. Lama, Guillermo Rey y uno de los hermanos Trou, dieron la voz de alarma indicando que á poca distancia venía, por la misma línea, otro carro del Eléctrico.

Era el Nº 6 que descendía rápidamente, por la curva más peligrosa y la gradiente más fuerte de toda la línea. El conductor del Nº 2, Jorge del Mar, se hallaba en el techo de su carro, en esos momentos, arreglando el desperfecto, y cuando notó el peligro, ya no tuvo tiempo para evitarlo.

El Nº 6 se acercaba á toda velocidad, pues como en el carro detenido no había luz alguna, no podía darse cuenta el que lo manejaba de la presencia de otro carro en la vía, que él creía libre. Por ventura, á las voces de los pasajeros del Nº 2, el motorista del Nº 6, cortó la corriente, é hizo uso del freno, pero ya sin poder impedir el choque.

Los pasajeros del carro detenido que en ese momento descendían de él, fueron lanzados á tierra violentamente, originando lo imprevisto del accidente, una escena de consternación y espanto indescriptible. Los vidrios de las ventanillas saltaron en pedazos, y los balcones de ambos carros, así como la parte interior del Nº 2 quedaron en gran parte destruídos.

Muchas de las personas echáronse a correr locamente por el camino, sin saber lo que se hacían, casi todos sin sombreros y algunos llamando á miembros de su familia.

Pasados los primeros momentos de confusión se dirigió uno de los empleados del tranvía á Miraflores, y dió parte de lo que ocurría. Se expidió de Lima otro carro, y en él embarcóse el señor Emilio Godoy, subgerente, ó algo por el estilo de la mencionada empresa.

En ese carro se trajo á parte de los pasajeros que sufrieron el accidente, pues otros, teniendo por demasiado dura la lección recibida, prefirieron recorrer un kilómetro ó poco más y venir á la capital por el tren inglés.

En el carro Nº 2 detenido en la línea, iban, entre otras las siguientes personas: Señores Puente y familia, Riofrío, Carlos Benavides, los hermanos Trou, Guillermo Rey y Lama, Sbarbaro, Pedro Cáceres Sarria y su hermano, Valladares é hijas, etc. En el que iba á Barranco, los señores Isaac Alzamora, Carlos López Aldana y familia, Segui y familia, White, etc. etc., aparte de pasajeros de segunda en ambos tranvías.

Han resultado con lesiones los señores: Sbarbaro, en la mano derecha de la que manaba abundante sangre; López Aldana en un brazo; Puente en el pié, una dislocación, la señorita Zoila Larrabure que presentaba en la mejilla una cortadura hecha por un trozo de vidrio. Está demás decir, por supuesto, que todos sin excepción han sufrido el golpe consiguiente á tan inesperado.

Al recibirse en Lima, como en Miraflores y Barranco, la noticia del accidente se agrupó en las estaciones una gran muchedumbre de curiosos que interrogaba, sin resultado alguno, á los discretísimos empleados del Eléctrico. Esta discreción producía efecto contraproducente, pues todo el mundo se inclinaba a dar al accidente de la quebrada de Almendaris, mayores proporciones que las que realmente ha tenido.

En la estación de Lima, la muchedumbre era mayor, y dió un verdadero asalto, en demanda de detalles á los pasajeros de los carros colisionados, y á los que era fácil conocer por lo empolvado de sus vestiduras, y porque algunos llevaban descubierta la cabeza, á causa de haber perdido el sombrero, en la confusión justificada que originara el choque.

En vista de este accidente, debe pues, la empresa, tomar las medidas mejores para impedir una repetición que pudiera, otra vez, ser fatal y no tan feliz, relativamente, como ésta.

No faltó aquí, como es de suponerse un incidente cómico: uno de los pasajeros de 2a. Neptalí Martínez, indignado por el choque y atribuyendo su realización á torpeza del motorista, arremetió contra éste, propinándole algunos sonoros cachetes que el atontado mecánico no acertó á contestar. Intervinieron los otros pasajeros, y la cosa no pasó á mayores.

 
Nota de Allen Morrison "Esta postal muestra un tranvía Stephenson en Miraflores, adquirida por el Ferrocarril Urbano". Postal de la collección Allen Morrison (http://www.tramz.com) del tranvía eléctrico.

La noticia

2 comentarios:

  1. Hola Jose

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    Quedaria asi como hicimos con Elio.

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    Trenes del Perú - Historia

    Si dices SI, entonces lo hacemos, me mandas un foto de lo que creas es mas representativo de tu Blog, algun tranvia que te guste mas que elr esto y uso esa foto como imagen de tu Blog.

    Saludos y muchas gracias.

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  2. Hola Jose;

    Ya esta colgado, que te parece?

    http://limametro.blogspot.com/

    Saludos.

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