viernes, 11 de junio de 2010

Dr. Rospigliosi auxilia a atropellado por tranvía (1904)

El viernes 29 de abril de 1904, el diario El Comercio en su edición de la mañana publicó la noticia acerca del accidente del Sr. Andrés Céspedes, que fuera atropellado por un tranvía con destino a Chorrillos.

Encontramos en la noticia como pasajero nada menos que al Doctor Carlos J. Rospigliosi Vigil que a sus 25 años, acababa de ser nombrado "doctor" y se asimilaría al ejército como Teniente Primero de la Armada para servir en el nuevo transporte Chalaco.  Me permito escribir la biografía de este señor,  que injustamente es recordado por la mayoría sólo como un excéntrico médico millonario que construyó un castillo para alojar al rey de España Alfonso XIII.

Carlos Julio Rospigliosi González-Vigil, nombrado también como Carlos J. Rospigliosi Vigil ó Carlos Rospigliosi y Vigil, nació en la villa de Chorrillos en 1879, tuvo dos hermanos José y Luis. Su padre José Cirilo Julio Rospigliosi murió durante la ocupación chilena en 1881, cuando Carlos J. era todavía un bebé.  Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, llegando a ser Doctor en Ciencias Naturales en el año 1904. Su madre, la tacneña Mercedes González-Vigil falleció un año antes que él se graduara.

En la nota, el joven Rospigliosi viajaba en el tranvía con dirección a Chorrillos cuando ocurrió el accidente, inmediatamente asistió al herido que fue internado en el Hospital Dos de Mayo. Ese año (1904) Rospigliosi se concentró en la investigación, logrando culminar sus dos tesis. La primera investigación  "La Ureina" para obtener el grado de bachiller en medicina y la segunda "Trypanozomas" para titularse como Doctor en Ciencias Naturales 1/.

Fotografía del archivo Courret del año 1906. Carlos J. Rospigliosi Vigil con 27 años de edad.

En 1905 asciende a Capitán y es destinado a la Escuela Militar de Chorrillos. Luego viaja a Europa para especializarse. En 1909 Rospigliosi asciende a Sargento Mayor y al año siguiente está presente en la zona del conflicto con el Ecuador, luego que el presidente ecuatoriano Eloy Alfaro salió con sus hombres en pie de guerra a la frontera anunciando que el rey de España, Alfonso XIII haría público su arbitraje a favor del Perú. Y es que, según Alfaro, las autoridades peruanas habrían comprado a los españoles para perjudicar sus intereses. Así, el 8 de abril de 1910, el pueblo guayaquileño y quiteño hicieron destrozos en el consulado peruano y establecimientos de comerciantes peruanos. Sin embargo, la guerra nunca estalló ante la mediación de Argentina, Brasil y Estados Unidos de América. Rospigliosi se desempeñó como cirujano,  asistiendo al personal militar en las tiendas de campaña peruana.

En 1912 asciende a Teniente Coronel y al siguiente año fue nombrado catedrático de Zoología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Allí se empeñó en crear un museo de flora, fauna, geología y paleontología, que finalmente logró con el apoyo del rector y del decano, siendo "Director y Fundador" del Museo de Historia Natural que funciona hasta la actualidad en el distrito de Jesús María. En 1917 publica el libro "Orientaciones industriales, necesidad de crear un instituto de investigación en el Perú" y al siguiente año dirigió la primera expedición científica universitaria a la selva central, recogiendo muestras de los tres reinos naturales para exhibirlas en dicho museo. En 1920 volvió a dirigir otra expedición con un grupo de profesionales de la misma universidad.  Producto de esas expediciones y anotaciones, hoy una especie de planta lleva su nombre "Podocarpus Rospigliosi Pilger" lo que vulgarmente es conocido como "romerillo macho" o "diablo fuerte".
“Con la creación del Museo de Historia Natural, la Universidad aspira a concurrir en forma práctica al desarrollo científico e industrial del país sobre la base del conocimiento integral de los recursos naturales que encierran entre los límites del territorio de la República”.
Carlos J. Rospigliosi Vigil
En 1922 vuelve a Europa y se vincula a los círculos científicos más distinguidos. En ese viaje conoce al rey Alfonso XIII con quien entabla amistad. De regreso a Lima, nace su idea de construir un castillo para alojar al monarca que visitaría el Perú en 1930.  El Dr. Rospigliosi, siempre tenaz, logra la aprobación de este proyecto por las autoridades y él mismo trazó los planos de su imponente obra y hasta ofició de maestro de obras. Incluso planteó cavar una fosa alrededor del castillo con un puente levadizo, extravagancia que le fue negada por el municipio. Pero se frustró el viaje del rey ibérico a estar tierras por la crisis política española, que finalmente convertiría la Monarquía en República.

Las críticas no se hicieron esperar ya que consideraban algo inusual e innecesario un castillo medieval en pleno siglo XX.  Lo que para algunos tiene algo locura, el ímpetu de Rospigliosi en todas sus acciones estaba asociado a la creatividad, idealismo, inteligencia, obsesión y a su actitud inconformista. La fama del castillo cruzó fronteras, cuando en sus instalaciones el italiano Enzo Longhi, filmó la película muda "La Perricholi" que se exhibió en varios países.  El 13 de setiembre de 1928 por primera vez el público pudo dar cuenta del lujo del castillo al estrenarse la cinta en el Cine Colón. Rospigliosi orgulloso mostraba su castilllo al mundo.

El Virrey, la Perricholi y su lúcida comitiva presencian desde el balcón del medieval castillo la fiesta suntuosa organizadas en celebración del santo de la artista (Imagen de la película "La Perricholi" (1928) filmada en el Castillo Rospigliosi Vigil). Cortesía: Lima Antigua.

El Dr. Rospigliosi convirtió el castillo en su vivienda familiar y a la vez en oficina pública. En la actualidad es sede de una institución militar y continúan llamándolo "Castillo Rospigliosi":

Castillo construído por Carlos J. Rospigliosi Vigil

En el ámbito militar, en 1931 siendo Coronel, dirige el naciente Servicio de Sanidad del Ministerio de Gobierno y Policía, dedicó todos sus esfuerzos para la adquisición de un terreno en la Avenida Brasil y sus oficios fueron fundamentales para la construcción del Hospital de Policía el 30 de agosto de 1937, día en que puso la primera piedra en compañía del Presidente de la República 2/. El Dr. Rospigliosi ubicó su despacho como Director de Sanidad en su domicilio, es decir su propio castillo.

En el ámbito académico, el Dr. Rospigliosi no fue ajeno al quehacer universitario. En 1935 publicó el libro "La crisis universitaria en el Perú". En esos años los seguidores de José Carlos Mariátegui lo acusaban de ser responsable de la destrucción de algunos escritos del socialista, cuando en 1932 presidía la Comisión reorganizadora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

En 16 de noviembre de 1938, a los 59 años de edad fallece este gran hombre, víctima de una penosa enfermedad. Su obra perdura hasta nuestros días en el campo de las ciencias naturales, medicina y obras públicas.

Referencias
1/  Francisco García Calderón, "Anales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 1904", Tomo XXXII, 1906
2/ Oswaldo Salaverry García, "Historia de la Medicina Peruana en el Siglo XX" - Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2000

Nota de un lector:


"El doctor Carlos Rospigliosi y Vigil nunca se casó pero tuvo un único hijo Carlos con Julia Lostaunau Vera que fuera la única "Señora del Castillo". A su muerte en 1938 Carlitos de 8 años quedó bajo el poder de su hermana María Rospigliosi y Vigil y de su esposo el doctor Augusto Perez Aranibar, que no tuvieron hijos. A la muerte del Dr. Rospigliosi sus hermanos se mudaron al castillo y lo dispusieron vendiendolo al gobierno en el primer periodo de Manuel Prado.

Carlos Rospigliosi Lostaunau fue un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y falleció el 30 de marzo de 1987."




Accidente en el eléctrico

Un hombre herido

Minutos después de las seis de la tarde de ayer, el motorista del carro eléctrico número 7 que viajaba entre Lima y Chorrillos, distinguió á la vuelta de una curva á un individuo en la línea, y aunque hizo sonar el timbre de alarma y pretendió detener el carro, la corta distancia en que se hallaba el hombre y la gran velocidad que llevaba el tranvía, fueron causa de que éste la alcanzara. El salvavidas chocó con ese pobre infeliz y lo lanzó violentamente á un lado de la vía, donde fué á caer contra un poste, sufriendo un golpe espantoso en la cabeza.

El hecho aconteció delante del paraje denominado Limatambo, interceptada la corriente, se detuvo el carro y el doctor Rospigliosi Vigil, que iba como pasajero, acudió en auxilio del herido que yacía sin conocimiento á un lado del terraplén, con varias heridas graves, entre ellas una con fractura del hueso occipital.

Por las averiguaciones practicadas se supo que el herido se llamaba Andrés Céspedes, peón del fundo Limatambo, á donde se dirigia llevando de Lima un par de botas para un señor Goytizolo.

Céspedes fué traído á esta ciudad siempre sin conocimiento, á causa de la conmoción cerebral, y trasladado al hospital "Dos de Mayo". El estado de Céspedes infunde serios temores.

Se nos dice que la insólita velocidad que llevaba el tranvía, era debida al deseo que tenía el motorista de no ser adelantado por el convoy de 6 y 5 p. m., del ferrocarril inglés, que partió simultáneamente de la estación de La Victoria y corría paralelamente al carro eléctrico.

Como de costumbre, cuando se encuentran el tranvía eléctrico y el tren en el camino, se entabló una lucha de velocidad entre ambos. Al principio el carro llevaba alguna ventaja; pero cuando ocurrio el accidente que dejamos narrado, corrían uno al lado del otro, casi juntos.

Esta circunstancia permitió á los pasajeros del tren notar que algo raro pasaba en el carro eléctrico, pues, vieron que de improviso brotaba una llamarada de la parte inferior del carro, como si hubiera ocurrido una explosión en él y que, á la vez que se detenía bruscamente, quedaba envuelto en una nube de polvo.

Los que iban en el tren no vieron más, pero ya sabemos cual fué el origen de esos trastornos que observaron en la marcha del carro eléctrico.


El accidente ocurrió en Limatambo, obsérvese la curva que existió a la altura de "Palomas". Imagen alterada del plano de la colección de Allen Morrison.

miércoles, 9 de junio de 2010

Alemán atropellado en Estación del Tranvía Eléctrico Lima - Chorrillos (1904)

Noticia de la edición de la tarde del diario El Comercio del lunes 18 de abril de 1904 que da cuenta del atropellamiento de un ciudadano alemán de apellido Echers en la estación del Parque de la Exposición. La Compañía Nacional del Tranvía Eléctrico inmediatamente informó a la Dirección de Obras Públicas del incidente.

ACCIDENTE EN EL ELECTRICO

A la 1 de la tarde de hoy, un caballero alemán, don Enrique Echers, en momentos que cruzaba el andén de la estación del Eléctrico en esta capital, fué cogido por salvavidas del carro número 2, que, sin tomar pasajeros, iba á entrar al desvío que existe en ese lugar.

El choque le arrojó contra las barandas del andén, produciéndole heridas de gravedad en la cara y fuertes contusiones en el cuerpo.

Este desgraciado accidente débese solo á la imprudencia de la víctima que á pesar de saber que el carro citado, no recibía pasajeros, pretendió tomarlo, no dando oídos á las advertencias reiteradas del conductor y el motorista del No. 8.

El gerente del eléctrico ha dirigido, sobre este desgraciado acontecimiento, la siguiente nota al director de obras públicas:

Lima 18 de abril de 1904

Señor A. Espinoza
Director de Obras Públicas
Ciudad.

Señor director:

Cumplo con poner en conocimiento de U.S. lo siguiente:

Hoy, á la 1 p.m. el carro Nº 2 se despachaba en la estación de Lima para el desvío que hay en la misma estación y consiguientemente se avisó al público que no tomaba pasajeros.

Un señor cuyo nombre ignoro, que esperaba un carro para dirigirse á Chorrillos y á quien se le había advertido como a las demás personas que estaban allí que dicho carro número 2, no admitía pasajeros pues iba a entrar al desvío, una vez que este partía, pretendió pasar al otro lado del andén con el objeto de subir por ahí, siendo desgraciadamente tomado por el salvavidas y arrojado contra la baranda del andén sufriendo heridas de gravedad en la cara y varias contusiones en el cuerpo.

Como verá U.S. por la exposición que acabo de hacer, la empresa que represento no tiene culpa alguna de este accidente que ha sido motivado por la imprudencia de una persona del público, y que, desgraciadamente, ha tenido tan malas consecuencias.

Reitero a U.S. el testimonio de mi más distinguida consideración.

Joaquín Godoy

 Estación del Tranvía Eléctrico de Lima a Chorrillos. Postal de la colección de Allen Morrison

martes, 8 de junio de 2010

Parto en un tranvía en la calle Plateros de San Pedro (1904)

El sábado 9 de abril de 1904 el diario El Comercio sorprende con la noticia del nacimiento de un bebé en un tranvía que se desplazaba por la transitada calle de Plateros de San Pedro.  Se extraña que no se haya consignado el nombre de la madre en la nota, ni del estudiante de medicina, pero es probable que el niño haya llevado el nombre de pila de su socorrista.  

Esta calle, paralela a la Plaza de Armas, es la primera cuadra del jirón Ucayali y guarda en cada rincón muchas historias, anécdotas a lo largo de cinco siglos de existencia.

Cuando llegó al Perú en el siglo XVI, el quinto virrey Francisco de Toledo puso orden en la ciudad de Lima, que se caracterizaba por incumplir las normas y el poco respeto a la autoridad. El virrey reorganizó la hacienda, instaló el Tribunal de la Inquisición y dispuso que todos los plateros de oro y plata debían reunirse en un sólo lugar, ya que era más fácil para el fisco supervisarlos. Es así como se crea la calle Plateros de San Pedro, que en la colonia constituyó uno de los primeros y más poderosos gremios de empresarios. Nicomedes Santa Cruz, el gran decimista peruano le regaló unos versos a esta calle, que incluiré más tarde en este post.

En los primeros años del siglo XX se instaló allí el Café Dorado, donde se reunían periodistas y toreros, la confitería Nove administrada por un suizo, prestigiosos estudios de fotografía, la librería Anglo Americana de la familia Colville, sastrerias alemanas y otros comercios que ostentaban lujo y buen gusto.

Casi en el medio de la calle está el callejón de Petateros (donde fue fusilado por los realistas el pescador José Olaya, héroe de la independencia) que conecta con la Plaza de Armas. Refieriéndose a este lugar, Abelardo Gamarra, periodista y escritor más conocido como "El Tunante" en su obra editada en 1907 "Lima, unos cuantos barrios y unos cuantos tipos (al comenzar el siglo XX)" dice:

"Vamos a las particularidades de algunas de las calles de Lima: Espaderos, Mercaderes, Bodegones, Plateros, los portales, son notables por el lujo de sus almacenes. Anacronismo entre esos lugares, en el corazón de la ciudad, es el callejón de Petateros, pasadizo lleno de fondines de chinos, de tiendecitas y chicherías, desaseado, ruinoso, callejuela de pueblo, adefecio acurrucado entre las sedas del Portal de Botoneros y los artículos de fantasía de los almacenes de Harth, en Plateros de San Pedro"

En Plateros de San Pedro está la casa donde se escondió Nicolás de Piérola durante dos años, como consecuencia del intento golpista de su hermano e hijos quienes apresaron por unas horas al presidente Augusto B. Leguía en mayo de 1909. El paradero de Piérola era conocido por todos pero por estrategia política no se le detuvo. En el website "Amautacuna de Historia" hay un artículo amplio sobre el tema.

Por último, se menciona también en la nota al Hotel Maury, que se ubica en la esquina de la segunda cuadra del Jr. Ucayali. Este tradicional establecimiento de hospedaje se cerró en 1980 y fue reabierto en el año 2000, con modernas instalaciones y mejores servicios.



Parto en un tranvía

El carro No. 52 del tranvía pasaba á la una y media de esta tarde, repleto de pasajeros, por la calle de Plateros de San Pedro. De improviso, una mujer que ocupaba una banqueta delantera lanzó un agudo chillido y se recostó desfallecida en el asiento, mordiéndose los labios, el rostro lívido y los ojos en blanco.

Todos los pasajeros, entre los cuales se hallaba un solícito estudiante de medicina, se acercaron á la mujer, creyendo que era víctima de un ataque fulminante al cerebro ó al corazón; pero el estudiante calmó la justa inquietud de los pasajeros: 

"No hay que alarmarse, señores; ¡se trata de un parto! ¡Alto al tranvía!"; y quitándose el saco y remangándose los puños de la camisa se puso en cuclillas y empezó á partear á la mujer, rodeado del estupefacto corro de hombres y mujeres.

Momentos después se oyeron los vagidos del recién nacido, al que mostró, ensangrentado aún y entre sus manos, el estudiante, pidiendo unas tijeras para cortar el cordón umbilical, las que le fueron proporcionadas de la camisería situada en la esquina del hotel Maury.

Un tierno sentimiento de paternidad se apoderó de los presentes, quienes, á indicación de un joven abogado que iba también de pasajero, abandonaron el carro á fin de no profanar con su presencia uno de los actos más trascendentales de la naturaleza.

El tranvía convertido así en alcoba de parturienta, siguió su marcha hasta la esquina de los Sacramentos, de donde se trasladó en camilla á la madre y á su vástago al hospital de Santa Ana.


 Postal que muestra un tranvía circulando por la calle Plateros de San Pedro.  Imagen tomada del foro "Lima de Siempre" posteada por Orrantino.

 El gran Hotel Maury en la segunda cuadra del jirón Ucayali.

 La calle Plateros de San Pedro en un plano limeño de la época

jueves, 3 de junio de 2010

Paraderos del Tranvía Eléctrico de Lima y Chorrillos (1904)

Este es un aviso del 25 de abril de 1904 del Tranvía Eléctrico de Lima y Chorrillos, comunicando sus paraderos en Miraflores, Barranco y Chorrillos.

miércoles, 2 de junio de 2010

Descarrilamiento de tranvía en Barranco (1904)

El martes 5 de abril de 1904 el diario El Comercio en su edición matutina informó sobre el descarrilamiento de un tranvía en el balneario de Barranco. El carro eléctrico se dirigía a la capital cuando se salió del riel y chocó con un poste.

Uno de los problemas que enfrentaban los conductores de tranvía, eran las "palomilladas" de los niños que frecuentemente colocaban piedras en los rieles a fin de que el carro se descarrilara, sin pensar que podían causar serios accidentes. En otros casos arrojaban piedras al tranvía cuando éste estaba en movimiento, sin duda travesuras nada graciosas.


La formación del poblado de Barranco surge con una leyenda, que cuenta acerca de  la aparición de una cruz misteriosa que sirve de guía a unos pescadores que se habían perdido en la espesa neblina del litoral limeño.  Ver detalles de Barranco.

CRONICA

Descarrilamiento

El tranvía eléctrico No. 5 que salió de Chorrillos á la una y media de la tarde de hoy, al llegar al desvío del Barranco se descarriló, chocando contra un poste la vitrina delantera, donde se hallaba el motorista, el cual resultó ligeramente herido.

Ninguno de los pasajeros sufrió en lo menor, é inmediatamente fueron trasladados á otro carro que los condujo á esta capital.

El accidente se produjo porque unos muchachos habían colocado piedras en los entre-rieles.


Niños posando en la Plaza Raymondi de Barranco. Posteada por EDargent en el foro Barranco en postales antiguas

martes, 1 de junio de 2010

Choque de tranvías eléctricos en Miraflores (1904)

El 4 de abril de 1904 en su edición de la mañana, el diario El Comercio publica en la portada la noticia de un choque entre dos tranvías en el distrito de Miraflores.

CRONICA

Accidente en el eléctrico

A las 4½ de la tarde de ayer, en Miraflores, tuvo lugar un accidente en la línea del tranvía eléctrico de esta capital á Chorrillos.

Cerca de la estación de ese balneario, existe un desvío que conduce á la línea simple, en la cual se efectúan los cambios.

A esa hora, el carro Nº 9, que iba de Lima, entró á esa línea, creyéndola libre. Pero al avanzar unos metros vió el motorista la señal del garitero indicando que había otro carro en el desvío, y al carro mismo que venía algo retrasado en su viaje y que se hallaba detenido en el paradero de Miraflores.

El motorista Betancourt, del Nº 9, cortó la corriente, y ajustó el breque, pero como la gradiente en ese lugar es algo fuerte, no pudo detener el carro por completo, y este fué, aunque con la velocidad ya muy atenuada, á chocar con el carro Nº 2, que dirigía el motorista León.

El resultado del choque fué la rotura de los vidrios de la plataforma delantera del Nº 9, en la que viajaba, junto al motorista, el señor Joaquín Godoy, gerente de la empresa. Este caballero resultó con la mano derecha ligeramente herida por un pedazo de cristal.

Los pasajeros sólo experimentaron la alarma natural en estos casos, sin que, felizmente, ninguno de ellos sufriera daño ni golpe alguno.

El tráfico se paralizó por breves momentos.

Este accidente, aunque de muy pequeña importancia, hace ver la necesidad de que la empresa dote á los carros de frenos más poderosos capaces de detener los coches en cualquiera de las gradientes de la línea. El Sr. Godoy nos dice que estos frenos se han encargado ya á la fábrica constructora de los carros, debiendo llegar dentro de pocos días.

Restablecido el tráfico, la circulación de pasajeros entre Lima y los balnearios siguió tan numerosa y animada como siempre.


 Alameda de Miraflores. Postal de Eduardo Pollack, tomada del website mirafloresperu.com