UNA TRAVESURA DE CONSECUENCIA
Los numerosos pasajeros que venían anoche de Lima en el carro Nº 8 del ferrocarril eléctrico, fueron desagradablemente sorprendidos con la rotura de un vidrio por haber caído sobre él una piedra de regular tamaño al pasar por la calle de Marcopolo.
El señor Arturo Darcourt que se hallaba entre los pasajeros logró dar caza á un muchacho que junto con otros de su edad se ocupaba de arrojar piedras sobre los carros, que ocasionó el daño que dejamos referido, que pudo ser de mayores consecuencias.
Callao por la noche: Iglesia y Plaza Matriz
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